domingo, 16 de enero de 2011

RECOMENDACIONES PARA LOS PADRES SOBRE LA PRIMERA CONSULTA Y TRATAMIENTO ODONTOLOGICO DE SUS HIJOS




La primera visita al dentista debe hacerse entre 1 y 3 años de edad.

Los padres no deben esperar a detectar alguna alteración o a que el niño tenga dolor.

Es positiva una primera visita donde al niño no se le practique ningún tratamiento.

Esto ayuda a que se inicie una relación cordial y confiada con el profesional de la odontología y en general con el cuidado de sus dientes.

A partir de la primera visita es aconsejable llevar el niño a revisiones dos veces al año.

En la primera visita a la clínica dental los padres deben acompañar al niño y estar presentes durante la misma.

En ella, el odontólogo hará solo un examen clínico del niño y su historia clínica.

También explicará a los padres la posible necesidad de un tratamiento dental y en lo que consistirá este.

En sucesivas visitas los padres no deben pasar al área del sillón odontológico para que el odontólogo pueda establecer una relación directa con el niño.

Para que el niño no se sienta abandonado y esté tranquilo es una buena estrategia que la madre deje el bolso o alguna prenda a la vista del pequeño.

Si a pesar de ello el niño llora los padres no deben inquietarse ya que es una reacción normal a lo desconocido.

Si el dentista tiene experiencia en el manejo de los niños sabrá cómo aplacar esta conducta y hacer que el niño no se asuste.

Muchos niños lloran para reclamar la presencia de los padres, por lo que no se debe caer en la trampa de entrar en el consultorio y dejar que el profesional maneje la situación.

Hemos de saber que si se requiere nuestra presencia el odontólogo nos va avisar.

Si el niño se porta bien hemos de recompensar su actitud para reforzar este comportamiento en visitas sucesivas.

En caso contrario no es recomendable castigarlo ya que esto aumentaría la sensación negativa que el niño tiene ante la visita dental.

Nunca se debe amenazar al niño con llevarlo al dentista o al médico si se porta mal ya que asociará a estos profesionales con algo malo.

Tampoco se debe llevar al niño a la consulta mediante engaños, ya que pensará que es algún sitio malo.

Los padres deben explicar al niño que el dentista va a ver su boca, y le va a ver cuantos dientes tiene y a hablar con ellos.

Conviene obviar palabras como dolor, daño, etc. y no hacer comentarios del tipo "no te va a doler" que hacen al niño ponerse a la defensiva.

Si el niño ha sido colaborador es aconsejable reforzar su buen comportamiento con elogios y algún premio.

Es positivo explicarle lo bueno que es haber ido a la consulta para que sus dientes estén siempre sanos y aprovechar para iniciarle en los hábitos de higiene dental.


TRATAMIENTO DEL DIENTE AVULSIONADO

La avulsión dentaria es la expulsión de un diente por una causa traumática como puede ser:

· Caída de una bicicleta.
· Un tropezón.
· Golpes a la altura de la base de la nariz ocasionados por juegos violentos.
· La práctica de algunos deportes sin protector bucal.

La avulsión puede ocurrir tanto en los dientes temporarios como en los permanentes.

La diferencia es el tratamiento, ya que los temporarios no se reimplantan.

Cuando ocurre la avulsión de un diente estamos ante una emergencia.

Se debe actuar con tranquilidad y rapidez, de esto depende el éxito del tratamiento

El diente debe ser reubicado dentro de los 30 minutos ya que tiene mayores posibilidades de reinsertarse con éxito.

Hay algunos pasos a seguir que son muy sencillos y fundamentales para el éxito del futuro tratamiento:

· Recuerde que es una Emergencia, por lo tanto se debe actuar con rapidez pero sin perder la calma.
· Se debe buscar el diente.

· Una vez que se encuentra se debe tomar por la corona y no por la raíz.

· De esa manera no se lastima el ligamento periodontal, que es un tejido pegado a la raíz y es el que une al diente con el hueso alveolar.

· Sus células pueden mantener la vitalidad de acuerdo al medio de almacenaje.

· El otro tejido que se daña cuando el diente es expulsado de la cavidad que lo aloja es la pulpa dentaria, la cual se necrosa por la falta de circulación en un 99% de los casos y esto obliga a su extirpación.

· Lavarlo con agua.

· No se debe cepillar ni usar detergentes y/o desinfectantes, para no lastimar el ligamento periodontal y no agregar un daño adicional a este tejido.

· Guardarlo en un medio húmedo para mantener la vitalidad del ligamento periodontal.

· En niños grandes y adultos que comprenden y colaboran con este procedimiento se puede almacenar la pieza en la boca del paciente.

· Si el niño es pequeño o el adulto es aprensivo, se corre el riesgo que se lo trague, por lo que es mejor ponerlo en un vaso de agua o leche.

· Está última es un muy buen medio de preservación porque tiene la misma presión osmótica que la pieza dentaria, es pasteurizada, libre de gérmenes y de fácil disponibilidad.

· Concurrir al odontólogo en forma inmediata para qué decida qué tratamiento se debe realizar.